Piercing de capucha: ¿hay daño en el clítoris?

El piercing hood, o el piercing que se realiza  en el capuchón del clítoris,  es uno de los más populares entre jóvenes y mayores. Es una modificación corporal  sexy, coqueta y cautivadora  , y su popularidad es todo menos un misterio.

Sin embargo, al tratarse de una zona delicada  , es natural que surjan algunas dudas sobre el dolor, los daños en nuestro aparato genital y las posibles infecciones que pudieran surgir posteriormente.

No te preocupes, no es un piercing de clítoris.

El primer lugar común, el primer mito a disipar es el de la posición del piercing en cuestión. No es un piercing que atraviesa el clítoris, sino uno que  atraviesa el capuchón que lo cubre.

 Puedes examinarte a ti mismo. El bulto muy sensible (y muy doloroso de perforar) está cubierto con un colgajo de piel bastante grueso.

Precisamente allí irá el perforador profesional para hacer el agujero, teniendo cuidado de mantenerse muy alejado de las zonas que podrían volverse problemáticas.

Riesgo de infección

Las infecciones están a la vuelta de la esquina, pero no por la ubicación. Se trata de riesgos comunes a todos los piercings, que pueden minimizarse  acudiendo a un profesional  que tenga debidamente en cuenta las normas de higiene necesarias para realizar dicho trabajo.

Sin embargo, en caso de infección, no hay necesidad de asustarse. De hecho, es una infección que, a pesar de su proximidad a zonas muy delicadas,  no es peor que las de otras zonas del cuerpo.

Sin embargo, se trata de infecciones que, en la gran mayoría de los casos, no crean problema alguno y pueden curarse en unas pocas semanas.

Problemas con la vida sexual

Muchas de las personas que tienen un piercing en el capuchón del clítoris  informan que tienen una vida sexual aún más satisfactoria. El anillo estimulará tu clítoris durante la actividad sexual y te dará placeres decididamente inesperados.

Nada de sexo ni masturbación durante las primeras 3-4 semanas. La herida está cicatrizando, y la cicatrización debe realizarse absolutamente sin fricciones, alejada de los humores vaginales y en condiciones de  absoluta calma.

No te preocupes, un poco de abstinencia nunca ha matado a nadie. Lo que pagas te lo devuelven con intereses.