Piercing: ya no es sinónimo de rebeldía
Si en los años 70 tener piercings en todo el cuerpo significaba oponerse a las normas establecidas por la sociedad y diferenciarse del resto de personas, hoy las reglas han cambiado.
En las últimas dos décadas, la perforación ha emergido gradualmente de la clandestinidad para convertirse en una práctica común incluso entre modelos, actores y músicos.
Llevar un piercing se ha convertido en la actualidad en un fenómeno conformista. Uno se perfora la piel para parecerse a sus ídolos, a sus compañeros o simplemente para estar a la moda. Sí, porque últimamente el piercing también ha entrado en las grandes pasarelas.
Colgadas de los lóbulos o inigualables, la nueva moda va despoblando las pasarelas y se puede encontrar en propuestas de lujo, en oro y diamantes, o en bisutería de colección. Ya no es prerrogativa de espíritus rebeldes, hoy los piercings están en los cuerpos de estrellas de la televisión, influencers o profesionales del fashion system.
Piercings como joyas de lujo
Hoy en día existen elegantes piercings de todas las formas y colores, en oro amarillo o rosa, en diamantes, para llevar en serie o divididos, mínimos o llenos de colgantes simbólicos, para llevar en los clásicos agujeros de los lóbulos o en menos lugares. .convencional
En 1993, una tal Maria Tash , de Nueva York, abrió un estudio donde practicaba la perforación y ofrecía joyas muy preciosas. Hoy sus piercings están elaborados en oro de 18 kilates y son importados de todo el mundo, hasta las grandes pasarelas donde fue concebido como una auténtica joya estética.
El piercing como aprobación
Como ya se ha dicho, el piercing hoy se ha convertido en conformidad, en homologación con el otro, en semejanza. Hay que tener en cuenta que los jóvenes, poco más que adolescentes, “perforan” la piel.
A esta edad es muy importante integrarse al grupo, ser aceptado, sentirse parte de él. La perforación es una moda entre los jóvenes de hoy. Se percibe como un símbolo de belleza, una especie de decoración.
Hacerse un piercing entre los jóvenes es un auténtico rito de iniciación. La resistencia al dolor es una señal pasajera que les hace sentir más valientes y maduros para ser aceptados por el resto del grupo.
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