Piercing en el pecho: la guía completa
Cuando hablamos de piercings en el pecho, en realidad nos estamos refiriendo a lo que se llama "perforación del esternón" , es decir, un agujero que se corta en el pecho, entre los senos para las mujeres y un poco más abajo, en general, para los hombres.
Sin duda es un piercing fascinante, que sin embargo presenta algunos puntos críticos importantes, que tendremos que afrontar, inevitablemente, en este artículo.
Un piercing típicamente femenino
La perforación del esternón, que se coloca exactamente en el medio de los senos, generalmente se considera más femenina que masculina. De hecho, enriquece el escote y ciertamente agrega una nota picante incluso a las chicas más inocentes y es un adorno decididamente sexy.
Sin embargo, esto no significa que la perforación del pecho esté reservada exclusivamente para las mujeres, al contrario, en el último período cada vez más hombres se están decantando por este tipo de perforación.
Superficie
El piercing en el pecho es un piercing superficial (y es fácil de entender, es una superficie plana que evidentemente no es transitable). Todos los problemas vienen de aquí, como sabes, si nos sigues a menudo, la perforación de la superficie es bastante problemática.
El problema del rechazo
El principal problema es el del rechazo. El porcentaje de rechazos, sobre todo para una zona como el pecho, es muy alto y debes saberlo antes de abordar este tipo de piercing.
El problema no se limita solo al rechazo, ya que incluso la barra más liviana desafortunadamente terminará dejando una cicatriz, grande o pequeña.
En resumen:
- La superficie perforante en un número muy elevado de casos acaba siendo rechazada;
- El rechazo, con toda probabilidad, causará una cicatriz. Quienes sufren y tienden a formar queloides definitivamente deben evitar este tipo de modificación corporal.
Agradable, pero tal vez no valga la pena.
El piercing en el pecho es sin duda uno de los más bonitos, sobre todo para aquellas que quieren embellecer la zona del pecho. Lamentablemente, sin embargo, es una de esas intervenciones que son, en la gran mayoría de los casos, muy muy problemáticas y que quizás deberíamos dejar de lado, a menos que vayamos a correr algún riesgo, no para nuestra salud, sino para la nuestra. estética, ya que al fin y al cabo, el principal riesgo que podemos correr es acabar con una cicatriz.
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