Pus de la perforación del ombligo: qué hacer
A pesar de ser extremadamente común, la perforación del ombligo todavía tiene perfiles críticos que lo convierten en un agujero nada fácil y quizás uno de los más difíciles de curar.
Uno de los problemas más recurrentes de la perforación del ombligo es la presencia de pus , que siempre es una señal importante y que no se debe ignorar en absoluto.
¿Tu piercing en el ombligo está goteando pus? Veamos juntos qué significa y cómo comportarse.
¿La pus? posible signo de infección
El pus, especialmente si tiene un color intenso, puede ser uno de los signos más importantes de una infección en curso. En el caso de que su perforación del ombligo (pero esto también se aplica a otras perforaciones) tenga pus saliendo o acumulado, definitivamente vale la pena tomar la situación en serio y buscar el apoyo de su médico.
Este tipo de síntomas, en realidad muy específicos, también hay que compararlos con otro tipo de síntomas propios de la infección , que veremos muy pronto.
Los otros signos de infección
Por lo general, una infección no solo produce pus. Para reconocer si tal cosa está ocurriendo o no, debes revisar la lista que te presentamos muy pronto:
- El área de la perforación del ombligo está muy roja;
- También hay hinchazón anormal;
- Toda el área aparece como si estuviera en tensión;
- Hay dolor, que puede ser palpitante o constante;
- También podemos sentir picor;
- La temperatura de la zona podría ser significativamente mayor, con todo el piercing que podría parecer, al tacto, cálido;
- Incluso podemos tener unas décimas de fiebre.
Si uno o varios de estos síntomas van acompañados además de la secreción de pus por el piercing, entonces podríamos estar en presencia de una verdadera infección del orificio de nuestro ombligo.
¿Qué hacer en caso de infección o sospecha?
En el caso de que exista alguna sospecha, por el pus y los demás síntomas mencionados anteriormente, respecto a la posibilidad de que exista una infección en curso, es necesario buscar atención médica inmediata.
Será él quien comprobará la presencia o no de la infección y decidirá cómo proceder para el tratamiento de la misma.
Es muy importante actuar de inmediato, o tan pronto como estos síntomas se hayan presentado, acudiendo al médico y no al perforador que, aunque sea un experto en perforaciones, no tiene absolutamente ningún conocimiento para establecer la presencia o no de un infección.
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